Los neurocientíficos están de acuerdo en que la intuición es una forma de inteligencia presente en todos nosotros. Ya sea que lo llamemos "instinto" o "sexto sentido", todos hemos experimentado sensaciones extrañas cuando nos enfrentamos a ciertas personas o situaciones. El sexto sentido es nuestra capacidad de percibir otra dimensión, un mundo invisible a nuestros ojos. Se trata de la percepción extrasensorial, que por lo tanto no concierne a nuestros cinco sentidos fisiológicos (vista, oído, tacto, gusto y olfato).
La videncia, la intuición, la premonición... son sinónimos del sexto sentido, percibimos cosas que no podemos explicar. Con frecuencia no existe ninguna razón lógica que explique esta situación. De repente no sabes qué hacer o tienes ganas de huir, es simplemente tu sexto sentido el que te dice cómo hacerlo.
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¿Qué es el sexto sentido?
El diccionario Larousse define la intuición, tu sexto sentido, como "el conocimiento directo e inmediato de la verdad, sin recurrir al razonamiento o a la experiencia". Por ejemplo, imagina que tienes que elegir entre dos hombres o dos mujeres, sin saber realmente por qué te vas a sentir atraído (a) por uno u otro, aunque no sea la decisión más lógica. Tener un sexto sentido no es nada del otro mundo, todos tenemos uno, solo debemos de saber cómo utilizarlo. Para esto es importante que aprendas como desarrollarlo. Para que esto suceda debes estar completamente convencido (a) que tener un sexto sentido puede ser posible.
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¿Por qué escuchar tu intuición?
Con un poco de práctica, todo el mundo puede ser intuitivo, todo lo que necesitas hacer es escuchar tus sentimientos y emociones. La intuición te permite ser advertido (a) del peligro, encontrar una nueva solución a tus problemas y sobre todo contribuir a tu felicidad. Nuestra pequeña voz interior es una mina de información, es una preciosa brújula que nos permite saber lo que es bueno o malo para nosotros. Seguir tu intuición te permite sentirte mejor contigo mismo (a) y con tu vida.
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5 maneras de desarrollar tu sexto sentido
1. Adopta una actitud abierta y olvida tus prejuicios. Defiende tus posiciones y acepta que no puedes controlar todo, aunque te preocupe.
2. Escucha a tu cuerpo. En la carrera por la productividad y la eficiencia a veces hacemos la vista gorda a los mensajes que nos envía nuestro cuerpo. No intentes siempre ir más allá, aprende a respetar tus límites y descubre lo que es bueno para ti.
3. Deja tu razón a un lado. Olvida por un momento el lado práctico y factual de los acontecimientos. Si tienes que tomar una decisión, pregúntate qué te hará feliz en lugar de cuál es la mejor decisión desde un punto de vista racional.
4. ¡Suéltalo! Acepta que no siempre tienes control sobre los eventos. Deja un lugar para el azar en tu vida diaria.
5. Relájate. Cierra los ojos y respira profundamente. Despeja tu mente y concéntrate en tus sentimientos y sensaciones del momento. Aléjate del mundo real, piérdete en tus pensamientos y deja que tu voz interior te guíe.
La meditación también podría ser de gran ayuda en estos casos.
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No entendí nada sobre los consejos.
Silvia hace 2 años